lunes, octubre 31, 2016

Política

La política nunca viene del frío, parece no conocer su grado cero. Tiene el populismo, que vendría a ser su costado latino, ladino. Con el populismo, la vieja moral política vuelve fosca a su rincón. Pero una vez que estamos fuera de Cuba, lo bueno sería descubanizarla, dejarla sin deformación de isla, borrarles calor y humedad. Solo así dejaríamos de andar desnudos por la nueva casa y no sería entendida la política como un gran retablo de nuestros pensamientos. De poco nos sirve asomarnos a ella si no entendemos la democracia como un bien para el resto, aunque, claro, también para uno.
Hoy en Hypermedia Magazine.