Hay nuevo proyecto en línea, que co-dirijo con mi estimado Pablo de Cuba. Allí ha aparecido este domingo mi despedida a Mario Vargas Llosa:
Puedo hablar por aquel lector que fui —no estoy seguro siquiera de que seamos ya la misma persona—, y decir que el intelectual Vargas Llosa nos inspiró un modo de actuar ante los tiempos que vivíamos, el escritor nos inoculó la persistencia y también ejercicios de admiración hacia nuestros maestros literarios, y el hombre político nos condujo a poner la honestidad y la coherencia como principios anclados en la experiencia, aunque trasciendan muchas veces el estrecho marco de lo que hemos vivido. Yo estudié Periodismo, pero escribía poesía, y vi en Vargas Llosa que no había que especializarse en algo, sino sentir curiosidad por todo. Cuando me preguntan por qué abundan los libros de historia, ensayos sociopolíticos y biografías en mi biblioteca, siendo como soy un lector de ficciones, cosa que también de alguna forma le debo a él y a su saber novelístico, digo que porque me interesa todo, porque quiero todo, aunque no alcance la vida.
Para seguir leyendo, aquí.
Y de paso, les dejo algunos de los mejores obituarios —mejores para mí, para el lector que soy, desde luego— que he leído en estos días y que no son de pago:
En la revista El Gatopardo
Bonus: Arturo Fontaine sobre el funeral; una tal Carla de La Lá (o quién sea que esté detrás de ese glamouroso seudónimo)