jueves, mayo 15, 2025

Las cartas del Boom

En la portada de Escritores, su vida y sus obras, uno de esos "coffee table books" cuya producción cuesta un huevo, pero luego te los encuentras por ahí a precio de remate, aparece García Márquez enfundado en un traje gris, camisa negra debajo, hablando por teléfono. Pensé que había dejado de ser un escritor para convertirse más en el icono perfecto para la portada de esos libros, el arquetipo del autor latinoamericano, metido en una cueva, haciendo escasa vida pública, desenfadadamente de izquierdas, no comportándose como un intelectual y publicando libros que se venden como chorizos gracias a un aparato publicitario que no desprecia ni las maniobras de las academias ni los ademanes de la política. Sus últimos libros dejaron de importar, pero la leyenda insiste en permanecer.

García Márquez es el Maradona del boom, todos querían celebrarlo, pagarle el trago. Vargas Llosa es el ciudadano del mundo, hablador de lenguas, columnista de los principales periódicos, todavía más que el glamouroso Carlos Fuentes, carne de embajadas y brindis nocturnos en azoteas vip. A Vargas Llosa no se le ofrecían embajadas: quería ser presidente del Perú y por suerte no lo consiguió, sólo los dioses saben qué habría sido de él si lo consigue.

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