El hijo del gran Chico O'Farrill se llevó las cenizas de su padre para que descansen en La Habana. No hace falta tener muy buena memoria para recordar que Chico formó parte muy ilustre de la camada de músicos a la que el régimen cubano no se cansó de denostar y considerar escoria humana.
Me tiene bastante sin cuidado si el hijo de Chico es anti Trump, pro Obama o embajador musical de la normalización, allá él con sus lealtades, lo que no sé es por qué, de algún modo, quiere hacernos creer que eran también las de Chico.
En Diario de Cuba.
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