sábado, abril 09, 2016

Deslinde

En una de sus Emanaciones, Juan Abreu ha recordado cómo pasearon a Lam (cómo se dejó pasear) en su silla de ruedas por frente de la Embajada del Perú. Al pintor Lam, al que le quedaban dos años de vida.
Y pienso que a esos tres idolillos de la época, Lam, Guillén, Carpentier, los recuerdo yo siendo niño allá en Cuba. Eran tres banderolas de una cultura cautiva. Salían en la televisión, en los periódicos, aquellos horrorosos noticieros ICAIC. Carpentier había muerto en el 80, pero igual salía, era evocado.
Dice alguien que lo de Lam fue cosa de su mujer, que querían recuperar la obra suya que quedaba en Cuba, pero que, pobres ellos, la cosa no resultó. Da igual.
¿Qué edad tenía yo? No importa, los recuerdo bien. 
Hoy uno habla de sus obras y tiene que hacer esos deslindes. Admírense sus obras, detesten a los personajes. 
Tres ejemplos de la miseria moral cubana.

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